martes, 27 de diciembre de 2011

Hoy te quité la vida.


Esperé ansiosa tu llegada, sabía que vendrías hoy. Generalmente me ignoras una o dos semanas, pero luego llegas acá... el día martes, siempre los martes.Nunca entendí bien por qué, pero tenías completa seguridad de mi espera. Aguardé en el silencio y en la oscuridad, sólo la pequeña lámpara del living se mantenía encendida. Escuché la llave entrando en la cerradura de la puerta y vi tu rostro, tu hermoso rostro. Me miraste, te miré, me abrazaste, te abracé, y antes de que articularas palabra alguna supe que era el momento, presentí que lo sabías todo. Te tiré al suelo y suavemente entrelazé mis dedos alrededor de tu cuello. No te resististe. Miré por última vez tus ojos y esbocé una leve sonrisa en mi rostro. Qué dulce crimen, que inquietante ansiedad.

martes, 6 de diciembre de 2011

Me mata.

Esperar es similar a caminar descalzo por un valle cubierto de clavos, llegando al final ya no quedan pies, ni alma.

martes, 30 de agosto de 2011

Dulce, dulce Demencia.

Básicamente antes de dormir no hago mucho. Me lavo los dientes, quito mi maquillaje, hago algunas muecas frente al espejo, cepillo mi pelo, me miro una vez más y me acuesto en la cama. Una vez allí, tomo mi notebook, reviso por última vez mi correo y mis redes sociales, selecciono la lista de reproducción de todas las noches, pongo las pastillas bajo mi lengua y me despido de ella, le pido me evite responder a sus tentadores llamados, imploro su compasión, la arranco, la insulto, la dejo a un costado. Pongo play. El resto es indudable, o no, tal vez.

miércoles, 1 de junio de 2011

Despertares

Buenos días, amor. Lo maravilloso de tus ojos al despertar, observo un segundo. Pienso en el tiempo, titubeo, y me recuesto un momento más a tu lado. Te beso la frente, te beso los labios, la cara, tus oídos, huelo tu pelo, tu barba, y busco tu pecho para sentir tu calor. Se nos hace tarde, te miro denuevo, te cuento un chiste, te retengo con anécdotas e historias descabelladas, invento una pena, un dolor, una herida. Ojalá robar el tiempo, ojalá tomar las horas con las manos.

-Quédate un poquito más, espera que se calle todo-

domingo, 15 de mayo de 2011

Lo irracional.

Entre los gritos de pánico miro perpleja, el autobús se retrasó y mi viaje desde el olvidó me hizo perder la percepción del tiempo. Sin más preámbulo pregunto al más cercano. “Un árbol caminando” me dice, con tono lagrimeante. Entre los gritos de pánico miro (nuevamente): El máximo esplendor de la vida entre muerte.

martes, 8 de marzo de 2011

En Santiago.

La gran ventaja de escuchar música en las calles, con audífonos digo, es callar el ladrido de la gente.

viernes, 14 de enero de 2011

¿De qué se trata el amor, si no es de locura?