Era de noche, del frío nos protegía mi saco de dormir rojo.
Estábamos callados creo, sí, últimamente mucho tiempo lo estamos. Sé que la
mayoría de las veces no te digo todo lo que pienso, por vergüenza, temor a
aburrirte, o porque creas que pienso puras bobadas. De hecho, ésto sólo fue un
ridículo impulso mío. Te dije "siempre he creído que somos la copia fiel
de 'Eterno resplandor de una mente sin recuerdos'" no respondiste de
inmediato, pero me preguntaste el por qué..."porque nos hemos odiado,
mandado a la mierda, aburrido y vuelto a amar, a la larga" quise
decir más, pero mi vocabulario siempre me juega en contra y me priva de
palabras cuando más las necesito."Pero el odio es un sentimiento tan
grande como el amor" -dijiste- "Que me odies es bueno, significa que
te importa, si te diera lo mismo.. entraría a preocuparme". Me quedé en
silencio, no supe qué decir, en realidad aún no hallo la respuesta.
viernes, 29 de junio de 2012
sábado, 9 de junio de 2012
Mangas cerradas.
Tejí
hasta que las articulaciones de mis manos se descolocaron, tejí día y noche,
tarde y mañana. La aprobación últimamente requiere de esfuerzo. Acudí a mi
puesto. Miradas desconcertadas me cubrieron. Se acercó ella, y sin pensarlo (lo
suficiente) dejó su oso de trapo en el suelo, quitó su viejo chaleco y, en el
transcurso de una sonrisa, se puso el mío. La imposibilidad de no sacar las
manos, en vez de alarmarla, le causo regocijo. Y es que, a veces, las cosas más
improbables, las más remotas, las más absurdas (tal vez), pueden quebrar el
giro circunstancial de la vida
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